El embarazo es una época maravillosa y mágica.
También es una época en la que te sientes constantemente irritada, molesta e hinchada.
La vida tiene altibajos, y también esos nueve meses en los que llevas en tu vientre a tu pequeño tesoro.
A todas las mujeres les molesta el embarazo. Algunas son tan comunes que se han ganado un puesto como las cosas más molestas del embarazo.
Lo que sientes no es simplemente una reacción exagerada.
Veamos diez de las cosas más comunes que las mujeres odian de estar embarazadas.
- Náuseas y mareos constantes
Si tienes suerte, esto no te afectará más allá del primer trimestre. Algunas mujeres no tienen suerte y padecen este molesto síntoma durante todo el embarazo.
Se preguntan cuándo van a dejar de tener náuseas matutinas.
Para algunas es una sensación de estar siempre moviéndose, como si hubieras estado en un paseo en barco y el vaivén aún no hubiera parado.
Para otras, es una persistente sensación de náuseas que no desaparece.
Sí, sin duda es una de las cosas más molestas de estar embarazada.
Si las náuseas y los mareos son un verdadero problema para ti, merece la pena que hables con tu matrona o tu médico.
Tal vez puedan recetarte algún medicamento para aliviar un poco los síntomas y hacer más llevadero el embarazo.
- La fase entre el aumento de peso y la formación del bulto
Hay una fase, justo antes de que empiece a notarse el embarazo, en la que parece que has ganado una tonelada de peso.
Probablemente aún no hayas empezado a decirle a nadie que estás embarazada.
Así que te miran como si te hubieras comido todos los donuts.
Afortunadamente, ese bulto se notará enseguida y la gente no pensará que estás “simplemente gorda”.
Para algunas mujeres, sin embargo, este puede ser un momento en el que su autoestima se vea afectada drásticamente.
Se supone que debes estar radiante, pero acabas sintiéndote hinchada y poco atractiva.
No temas, esto también pasará.
- ¡El peso se me fue a las caderas!
Existe el viejo cuento de la mujer que dice que el peso depende del sexo del bebé.
En realidad, algunas mujeres tienen mala suerte y cargan con un exceso de peso en las caderas.
Sí, tienen una protuberancia visible, pero también hay un claro “relleno” en otras partes.
Esto se debe a la genética y no hay mucho que puedas hacer al respecto, aparte de comer sano y mantenerte activa.
Esto ayudará a reducir el exceso de peso y, con suerte, también la apariencia de sobrepeso.
Mi hermana, que Dios la bendiga, llevaba mucho peso de más a todas partes. Literalmente, se tambaleaba.
Al parecer, a mi madre le pasaba lo mismo.
- Falta de espacio personal – ¡Manos fuera del bulto!
Por alguna razón, los desconocidos creen que es completamente normal acercarse a ti y tocarte el vientre.
No se dan cuenta de que están poniendo sus manos sobre tu cuerpo sin permiso.
Al parecer, esto es normal durante el embarazo.
Muchas mujeres lo aceptan y lo atribuyen a la alegría de la gente por la llegada de una nueva vida al mundo.
Sin embargo, no se puede negar que es una invasión de tu espacio personal.
Si alguien te lo hace y te sientes incómoda, estás en tu derecho de decirle educadamente que no te gusta.
Que estés embarazada no significa que tu cuerpo no sea tuyo.
- Estado de ánimo bajo, ansiedad y depresión leve
¿No son maravillosas las hormonas?
Las hormonas son responsables de todo tipo de cosas raras que ocurren en nuestro cuerpo y en nuestra mente.
El bajo estado de ánimo, los ataques de ansiedad e incluso la depresión forman parte de ello.
Si notas que sufres alguno de estos síntomas, es buena idea que hables con tu matrona o médico.
Muchas mujeres experimentan estas sensaciones en algún momento del embarazo, pero eso no significa que tengas que aguantarte.
- Comentarios constantes sobre el tamaño de mi barriga
Sí, es grande. No, no quiero seguir oyendo hablar de ello.
Una vez más, las normas sociales parecen desaparecer cuando aparece un bulto.
Además de que la gente te lo toca al azar, no faltan los comentarios sobre lo grande o pequeño que es.
No necesitas oírlos.
En tu mente, “mira qué grande es tu bulto” se traduce como “mira qué gorda estás”.
Por otro lado, “qué pequeño es tu vientre” te hace pensar que algo va mal cuando en realidad no es así.
- Preocupación constante por él/ella, ¿están bien ahí dentro?
No es como si pudieras tener un control regular de tu bebé en crecimiento y preguntarle si está bien.
En lugar de eso, tienes que escuchar y buscar señales.
Esto hace que la mayoría de las mujeres se obsesionen un poco con sentir los movimientos y notar cada pequeña punzada.
Aunque es aconsejable vigilar los movimientos del bebé, no es buena idea estresarse hasta el punto de la ansiedad.
- Preocuparme constantemente por mi dieta
Come esto, come lo otro. No comas esto, no comas aquello.
Es confuso y estresante.
Durante el embarazo hay ciertas cosas que no puedes comer y hay muchas cosas que deberías comer para una buena nutrición.
Intentar equilibrar todo esto puede hacer que te preocupes por si le estás dando a tu bebé los nutrientes que necesita.
El mejor consejo es que hables con tu matrona o médico si te preocupa la nutrición. Ellos te lo explicarán de forma mucho más sencilla y te ayudarán a tranquilizarte.
- No poder tomar muchos medicamentos diferentes
Durante el embarazo vas a padecer un sinfín de síntomas diferentes y algunos de ellos son francamente molestos o irritantes.
¿Cuál es el problema?
Muchos medicamentos que tratan estos síntomas no son adecuados para una mujer embarazada.
Esto significa que tendrás que enfrentarte a un montón de cosas que no te apetecen.
Una vez más, si te preocupan los trastornos que te incomodan, es buena idea que hables con tu matrona o médico.
Hay ciertas cosas que puedes hacer para aliviar los síntomas de forma natural y hay medicamentos seguros que tu comadrona o médico podrían recetarte.
- El miedo a lo que está por venir
El embarazo es una época de preocupaciones, pero la mayor preocupación puede ser lo que ocurra al final.
Tanto si te preocupa el parto, tener una cesárea o simplemente la responsabilidad de ser madre, es completamente normal.
El embarazo es algo enorme y convertirse en madre por primera, segunda o incluso tercera vez es igual de desalentador.
Es normal preocuparse.
Pero recuerda que puedes hacerlo.